Al iniciarse un nuevo milenio, la empresa entra a ser reconocida como la causa principal del progreso económico, social y cultural y se constituye en el más importante factor generador de equidad, tolerancia e integración de una comunidad. Se hace indispensable entonces que ella pase a ser la gran prioridad nacional, en torno a la cual se movilice toda nuestra sociedad. Y para hacer posible una empresa con calidad para nuestros clientes y personal se requiere empezar estrategias de cambio en las empresas, que garanticen su calidad.
Dichas estrategias deberán estar orientadas a integrar los diferentes sectores, formas, niveles y modalidades de nuestra empresa, a elevar su calidad, a expandir y diversificar la empresa, a promover la equidad en el sistema profesional de lavado, a fortalecer la institución escolar, a mejorar la gestión del servicio, a promover la cultura, a ampliar el horizonte empresarial y a cualificar y dignificar a los profesionales. La empresa Ecoaseo, por su razón de ser, pasa a convertirse en el centro del cambio que posibilite la reflexión y el mejoramiento sobre todo lo que a su alrededor se genera. Para hacerlo realidad se requiere liderazgo y trabajo en equipo, de personas decididas a correr el riesgo de innovar y mejorar la situación actual del medio ambiente. Porque cada vez más, cualquier línea de producción, si quiere ser competitiva, requiere de un plan conjunto que le permita acceder a los círculos de calidad. El rápido avance científico y la inmensa información que a diario se produce en el mundo nos exige, cada vez más poner a prueba nuestra capacidad colectiva de hacerles frente.
Por todo lo anterior, nuestra empresa aceptó el reto de creer que la sociedad, como organización, es la llamada a hacerle frente a la competitividad. Ya no es posible seguir pensando en la economía como un proceso pasivo y no como empresa que participa en el proceso de crear conocimiento hasta llegar gradualmente a la calidad del producto.
Las prácticas innovadoras propuestas por la tecnología actual imponen la necesidad de una gestión de calidad total que involucre el rediseño de contenidos y procesos que permita recrear una organización abierta al aprendizaje. El concepto de calidad refleja una concepción mundial y un proyecto de sociedad que debe apuntar a un imperativo ético que implica el deber de asistir a todas las personas a lograr una vida digna.
Todas las cosas grandes tienen orígenes pequeños, por eso, pensar en calidad implicaba concretar un grupo piloto que iniciara la transformación ya que el esfuerzo de cambio solo es eficaz cuando alguien lo está jalonando. Cuando se busca una mejor calidad empresarial, no se trata de hacer más de lo mismo, sino de poner el énfasis en formas de de ver que exijan al personal interno y externo a descubrir el valor de lo que aprende y su funcional, de propiciar la adquisición de los valores que dignifiquen a toda la sociedad proporcionándoles las herramientas para actuar en forma idónea en un mundo que les requerirá niveles de rendimiento cada vez más altos.
El camino hacia el mejoramiento de la calidad de la empresa lo iniciamos conformando un comité de calidad que liderara un plan de mejoramiento continuo que satisficiera las necesidades y requisitos de los clientes internos y externos que acceden a nuestro servicio. Y como todo proceso de mejoramiento debe ser eminentemente participativo, ya que quien permite que una organización avance no son sus directivas sino todas las personas que la componen, se hizo una motivación a todos los estamentos que la conforman a tomar conciencia de la importancia que el rol de cada uno de ellos tenía para conseguir el mejoramiento de la calidad de la empresa que le brindamos a nuestros clientes.